El sector del biogás se cita de nuevo en Valladolid, gracias al I Salón del Gas Renovable. La sensación de ilusión es muy similar a aquellas exposiciones de Expobioenergía de la primera década del siglo, donde se reunieron una importante cantidad de empresas y proyectos, y nació AEBIG. Esperemos que esta vez el marco político y normativo sea diferente, y se permita al biogás agroindustrial alcanzar el desarrollo que tiene pendiente desde hace tiempo.


Resulta agradable volver a escribir un artículo en este medio, para el especial de bioenergía vinculado a Expobiomasa y el I Salón de Gas Renovable. Es la vuelta a los orígenes, y el retorno de una ilusión casi perdida hace mucho.


Cómo no recordar aquellas primeras visitas y exposiciones de 2006, 2007 y los años sucesivos, cuando el biogás agroindustrial parecía que se iba a implantar definitivamente en España, y seguir la estela de los otros países europeos. El Real Decreto 661/2007, de 25 de mayo, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica en régimen especial establecía unos incentivos a la generación eléctrica, que si bien eran limitados en cuantía, era lo mejor que se había tenido hasta la fecha en España. Era el trampolín para que pudiera nacer y crecer una industria del biogás.


En Expobioenergía nació AEBIG. Algunos de nosotros ya estábamos allí, como individuos o representado empresas. Eran tiempos dominados por los tecnólogos alemanes, que eran la potencia predominante en Europa en aquel momento. Era fantástico ver la ilusión que se respiraba en los stands de Biogas Nord, UTS, Inper-Cowatec, Envitec, Biogas Weser-Ems, Suntechnics y en muchos otros. Fueron buenos momentos, a los que siguió la era de las promesas normativas incumplidas, por los motivos sobradamente conocidos por todos.


En 2021 volvemos a Valladolid. El I Salón del Gas Renovable nos espera. Las sensaciones son muy parecidas a aquel 2006. Se respira ilusión, las metas y expectativas son las mismas: crear una industria del biogás agroindustrial nacional. Europa y el mundo entero han seguido promoviendo e instalando proyectos de biogás. Muchos de los actores son ahora nuevos. La “preeminencia” internacional en las primeras ediciones de Expobioenergía ha dado lugar al surgimiento de una incipiente industria nacional donde tienen más peso los actores españoles, en forma de ingenierías, desarrolladores y empresas vinculadas al sector del gas, aunque también veremos numerosos (y bienvenidos) tecnólogos internacionales.


Ya no hay solo alemanes, y veremos a italianos, ingleses, holandeses o portugueses demostrarnos que el biogás es algo que se desarrolla con éxito en toda Europa.


Ahora es momento de analizar las similitudes y así evitar llevarnos hacia otra década perdida, que se resumen de una manera sencilla: desierto normativo y de incentivo económico llamado España. A fecha de redacción de este artículo, seguimos sin una Hoja de Ruta del Biogás aprobada, ni un sistema de Garantías de Origen (GdO) que permita un mercado de biometano nacional, ni, por supuesto, incentivos de ningún tipo a la producción de biogás o biometano.


Todas estas carencias siguen lastrando gravemente el futuro del biometano en España, pues a pesar del interés de los mercados internacionales por nuestro biometano, solo un mercado nacional que compre el biometano y valore sus numerosas ventajas, entre ellas la huella de carbono, que puede llegar a ser negativa, puede hacer que se implante una industria real y sostenible. Por otro lado, la pasada década de inacción puede conducirnos a un desarrollo actual desordenado e inadecuado, y que quede muy lejos de su potencial real, y donde se prime exclusivamente la economía por encima de objetivos más importantes: como el desarrollo rural, la generación de empleos y la economía circular; y por supuesto el cumplimiento de objetivos de descarbonización marcados por la UE.


AEBIG lleva años propugnando un modelo de biogás basado en el sector agroindustrial, a imagen y semejanza de la industria europea, donde muchas plantas de pequeño y mediano tamaño generan una tupida red de proyectos de producción de energía renovable (biometano, calor o electricidad), se gestionan residuos locales, se producen biofertilizantes y se minimizan las emisiones de la ganadería y la agricultura. Todo ello bajo un marco incentivador para este tipo de proyectos, estable y seguro.


Los usos y aplicaciones de los proyectos de gas renovable son muy diversificados: inyección a red, aprovechamiento térmico, gasoductos virtuales, generación de electricidad, combustibles vehiculares, etc. Cualquier proyecto de gas renovable lleva asociada una importante componente medioambiental, donde se valorizan residuos muy heterogéneos y se genera la fuente de energía con mejor huella de carbono que podemos encontrar en el planeta.


El biogás va asociado a proyectos en zonas rurales y demográficamente deprimidas, gestión de residuos, producción de energías renovables y producción de biofertilizantes. Biogás es Desarrollo Sostenible y Economía Circular.

El marco del I Salón del Gas Renovable es una gran oportunidad para el sector, y para aquellos interesados en el biogás. Tanto si eres un ganadero, productor de residuos agroalimentarios, agente de la administración involucrado con el ciclo de agua, el desarrollo rural, medioambiente o el tratamiento del RSU, gestor de residuos de naturaleza orgánica, o cualquier otro eslabón de la cadena agroalimentaria, el I Salón del Gas Renovable es una cita ineludible para comprobar el estado de la tecnología y lo que pueden hacer por ti las empresas del sector.